La poesía puede tener un impacto profundo en el bienestar emocional de las personas. Un estudio de 2021 publicado por la Academia Estadounidense de Pediatría, descubrió que un grupo de 44 niños hospitalizados, a los que se les animó a leer y escribir poesía, experimentaron una disminución en el miedo, la tristeza, la ira, la preocupación y la fatiga.
Es por eso que también en 1999, la Unesco adoptó por primera vez el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro.
Cuando se practica y se escribe poesía durante la formación educativa, se pueden inculcar nuevos valores de manera efectiva. Por ese motivo, Ediciones Corefo ha identificado cinco puntos clave para entender cómo la poesía puede ayudar a los niños a expresar sus emociones y sentimientos de manera saludable:
Estimula la creatividad. Al escribir poesía, los niños pueden desarrollar su imaginación y su capacidad para expresar lo que sienten de manera más elaborada. Los padres y maestros pueden animar a los niños a escribir poemas sobre sus experiencias diarias, como un paseo en el parque o la observación de la naturaleza.
Desarrolla la habilidad de comunicación. Con la poesía, los niños desarrollan su capacidad para comunicar sus sentimientos de manera clara y efectiva. En la escuela, los maestros pueden pedir a los niños que compartan sus poemas con los demás y les pidan comentarios sobre cómo mejorar la claridad y la eficacia de la comunicación. También pueden leer poemas juntos y discutir el significado y las emociones detrás de las palabras.
Fomenta la empatía. Al leer poesía escrita por otros, los niños pueden experimentar diferentes perspectivas y puntos de vista, lo que les ayuda a desarrollar la empatía y la capacidad de ponerse en el lugar de los demás. En casa, los padres pueden pedir a sus hijos que escriban sobre situaciones imaginarias en las que deben ponerse en el lugar de otra persona.
Ofrece una salida para las emociones intensas. Los niños, a menudo experimentan emociones intensas, como la tristeza, la frustración y la ira, que pueden ser difíciles de expresar. La poesía ofrece una forma segura y creativa de canalizar estas emociones, lo que puede ser especialmente útil para aquellos que tienen dificultades para hablar sobre sus sentimientos.
Mejora la autoestima. Cuando los niños ven sus propios pensamientos y sentimientos expresados en palabras, pueden sentirse más seguros de sí mismos y de sus capacidades para expresarse de manera efectiva. Además, recibir comentarios positivos sobre sus poemas puede aumentar su autoestima y motivación para seguir escribiendo.