El distrito de Nueva Prosperina, en Guayaquil, se ha convertido en el foco principal de la violencia en Ecuador. Este sector, señalado como el bastión de la organización criminal “Los Tiguerones”, vive bajo un clima de tensión constante, donde el miedo domina a sus habitantes. En medio de esta realidad, un equipo de Panorama accedió en exclusiva a la zona para documentar la grave situación.
Con el despliegue de más de 700 agentes especiales, la policía ecuatoriana ha intensificado los operativos para capturar al líder de “Los Tiguerones” y desarticular su red de apoyo. Esta organización es acusada de orquestar una serie de atentados recientes que han desestabilizado al país, consolidando su reputación como una de las bandas más violentas de la región.
Nueva Prosperina no solo es un epicentro del crimen, sino también un símbolo del abandono social. En este distrito marginal, las familias luchan por sobrevivir en condiciones de extrema pobreza, mientras conviven con la constante amenaza de represalias por parte de los delincuentes. Los pobladores, atemorizados, se niegan a brindar información, dificultando el trabajo de las autoridades.
CRIMINALIDAD CRUZA FRONTERA
La expansión de “Los Tiguerones” ha cruzado fronteras y ya se siente en Perú, donde una facción de esta organización disputa el control de actividades ilegales con grupos como “Los Hijos de Dios” y “Dinastía Alayón”. El avance de estas bandas hacia otros países pone en evidencia la urgencia de una estrategia conjunta para combatir el crimen organizado en la región.