Más de 160,000 niños, niñas y adolescentes están sufriendo las consecuencias de los incendios forestales que azotan a 20 regiones del Perú, declaradas en emergencia hace dos semanas.
Javier Álvarez, representante de UNICEF en Perú, ha hecho un llamado a las autoridades para centrar la atención en la infancia, especialmente vulnerable bajo estas circunstancias adversas.
Los menores afectados, que residen en distritos como Amazonas, San Martín y Ucayali, enfrentan no solo el riesgo inmediato de los incendios sino también las secuelas a largo plazo en su salud y educación.
IMPACTO PROFUNDO EN LA SALUD INFANTIL
Aunque estos menores no estén en contacto directo con las llamas, el humo que inhalan tiene efectos devastadores. Según un informe de UNICEF, el humo de estos incendios es diez veces más perjudicial para los niños que el humo generado en otras situaciones.
Las consecuencias van desde enfermedades respiratorias hasta problemas de desarrollo cognitivo, pasando por complicaciones en nacimientos debido a la exposición prenatal al humo.
CRISIS EDUCATIVA Y DE SUBSISTENCIA
Además del impacto en la salud, la crisis ha afectado severamente la infraestructura educativa y económica. Se estima que unas 317 escuelas están en alto riesgo y alrededor de 20,000 hectáreas de cultivo han sido dañadas. Esta situación amenaza la seguridad alimentaria de la región, potencialmente exacerbando problemas de anemia y desnutrición crónica entre la población infantil.