Landfill Harmonic es un movimiento que se inició hace algunos años con la intención de demostrar que para alcanzar un gran objetivo, cualquier cosa, por más pequeña o insignificante que sea, puede ser de gran ayuda. La idea fue concebida por un recolector de la zona, quien encontró los restos de un violín en la basura y decidió dársela a los niños para que jueguen sin pensar que esto señalaría un inicio y un después para los niños del barrio de Cateura, el vertedero oficial de la ciudad de Asunción (Paraguay). Es así como ellos decidieron hacer caso omiso a las pandillas callejeras o la drogadicción y convirtieron la basura en música. Conoce su historia: