Yakutsk es una ciudad rusa considerada como la más fría del planeta y se ubica en la llamada Siberia oriental. Ahí la temperatura puede llegar hasta los −40 °C en invierno, algo que parece demasiado extremo para cualquier ser humano. Sin embargo, una particularidad de dicho tipo de clima es que puede conservar intacto algo que tiene muchos años, como por ejemplo, el cuerpo de un animal prehistórico.
Eso fue lo que ocurrió recientemente en Yakutsk, donde un grupo de personas descubrió los dos cachorros de leones cavernarios mejor conservados hasta ahora. Los depredadores prehistóricos tienen más de 10 mil años de antigüedad y sus cuerpos se encuentran en un extraordinario buen estado de conservación.
Ahora los especialistas están dedicados a investigar por qué estos leones cavernarios, ya en extinción, tenían pocos depredadores. De igual manera, intentarán descubrir cómo se produjo su muerte en un hábitat a la que se supone estaban muy bien acostumbrados. Hasta antes de este hallazgo solo se había podido recolectar un puñado de cráneos, dientes y huesos de estos especímenes.