En la época navideña, las calles se llenan de luces, música y movimiento, pero un elemento destaca en hogares y oficinas: las canastas navideñas. Estas tradicionales cestas, cargadas de alimentos y productos festivos, se han convertido en un símbolo de gratitud y celebración, reforzando los lazos entre empleadores y empleados, así como entre familiares y amigos.
ORIGEN ROMANO
El origen de las canastas navideñas se remonta a las Saturnales, festividades romanas en honor al dios Saturno, donde los patrones ofrecían cestas de alimentos a sus trabajadores como gesto de generosidad. Con el paso del tiempo, esta tradición evolucionó y se integró a la cultura navideña.
En la Edad Media, el "Boxing Day", celebrado el 26 de diciembre, marcó un hito. Durante este día, los empleadores entregaban cajas con regalos o alimentos a sus empleados como agradecimiento por su trabajo anual. Esta costumbre se extendió y adaptó a distintas culturas, consolidándose como una tradición global.
LA TRADICIÓN DE LAS CANASTAS EN EL PERÚ
En el Perú, la práctica de entregar canastas navideñas comenzó a popularizarse en el siglo pasado. Hoy, es un gesto emblemático que muchas empresas y familias esperan con entusiasmo. Más allá del obsequio, las canastas son un símbolo de agradecimiento y refuerzan los vínculos entre empleadores y trabajadores.
Además, su presencia se extiende a sorteos comunitarios y regalos familiares, convirtiéndolas en un elemento central de las festividades peruanas. Su contenido varía, pero clásicos como el panetón, el chocolate para taza, y productos básicos como arroz y leche son infaltables. Algunas incluso incluyen sorpresas o vinos para añadir un toque especial.
Las canastas navideñas no son exclusivas del Perú. En Italia, las cestas incluyen pandoro y licores típicos, mientras que en España los "lotes de Navidad" contienen turrones, embutidos y champagne. En México, las canastas se llenan de productos locales y se destinan tanto a empleados como a familiares, enriqueciendo las mesas con sabores tradicionales.
Más que un alivio económico, las canastas simbolizan gratitud, unión y el espíritu de la Navidad. Su entrega, en contextos laborales o familiares, refuerza el sentido de comunidad y el aprecio mutuo, marcando un inicio simbólico y generoso para las celebraciones de diciembre.