En la década de 1960, se produjo un descubrimiento monumental en la región norte de Israel, exactamente en Ubeidiya, donde se hallaron alrededor de 600 misteriosas esferas de piedra. Creyendo que podrían ser restos de la fabricación de herramientas de piedra como las hachas de mano, las esferas de piedra y su utilidad han permanecido en el misterio durante más de medio siglo.
Con la ayuda de la tecnología moderna, el velo de misterio está empezando a levantarse. En un esfuerzo por descifrar el propósito de estas esferas que, según estudios, se estima que datan de 1.4 millones de años, un equipo del Laboratorio de Arqueología Computacional de la Universidad Hebrea de Jerusalén (HUJI), con la colaboración de investigadores de Tel Hai College y la Universidad Rovira i Virgili, se embarcó en un proyecto pionero de análisis 3D.
IMPLEMENTARON AVANZADO SOFTWARE
Con la ayuda de software de análisis avanzado, los investigadores pudieron medir los ángulos de la superficie de un esferoide, calcular la curvatura de la superficie y determinar el centro de masa del objeto. Esta metodología permitió analizar en profundidad 150 de estas esferas y dar pistas importantes sobre el proceso creado por los artesanos de hace más de un millón de años.
Contrariamente a las creencias anteriores, los investigadores determinaron que estas esferas no son el resultado de procesos naturales, como la erosión. Según Naama Goren-Inbar, arqueóloga de la HUJI, las numerosas cicatrices en la superficie de los esferoides impiden determinar cómo podrían haber sido en etapas anteriores de su creación.
RASTROS DE LAS PRIMERAS MIGRACIONES DE NUESTROS ANCESTROS
Dentro de este contexto, Ubeidiya es un sitio valioso para la arqueología y la historia de la humanidad. Ubicado a unos 3 kilómetros al sur del Mar de Galilea y en el Valle del Jordán, el lugar conserva rastros de una de las primeras migraciones de Homo erectus fuera de África.
A través de este estudio, los resultados publicados por The Royal Society argumentan que estos homínidos hace 1.4 millones de años intentaron conceptualizar una esfera en su mente y darle a las piedras una forma que coincidiera con esta visión. Este fenómeno sugiere una apreciación consciente por la simetría y la belleza, una fascinación por la forma esférica que podría haber sido impulsada por el simple deleite de crear.
Así, este misterio de más de 60 años ahora tiene una nueva luz arrojada en su camino hacia la comprensión. El significado exacto de estas esferas puede todavía ser incierto, pero los científicos aseguraron estar un paso más cerca de descifrar su verdadera función.