Estas comparaciones demostrarían con en tan solo 100 años un animal puede sufrir marcados cambios en su anatomía, algo que respaldaría la teoría de evolución continua y constante de los seres vivos. Los perros mostrados a la izquierda fueron retratados en 1915 por W.E. Mason, quien intentó inmortalizar en su época a la variedad de estos animales considerados como los mejores amigos del hombre. Comparándolas con las imágenes de la derecha se pueden apreciar grandes cambios físicos. Según investigadores este desarrollo corporal se debe a los cruces entre razas distintas o por la manipulación genética del propio hombre. El caso más saltante es el del Bull Terrier y es que muchos escépticos dudan de que antes haya lucido como lo presentamos a continuación.