Tras un paciente trabajo de inteligencia, la policía logró incautar cerca de una tonelada y media de fuegos pirotécnicos en dos habitaciones de un hostal chiclayano. La ilegal mercancía consistía en miles de bombardas, cuetones y luces de bengala. Se supo que la habitación fue arrendada por Karen Zapata Altamirano. El operativo permitió la detención de un padre y su hijo, quienes al parecer se encargaban de comerciar la carga. En otro punto de la ciudad, efectivos encontraron cerca de media tonelada de pirotécnicos e insumos en un local que era usado como taller clandestino.