Un concierto realizado en el jirón Quilca, en el Centro de Lima, estuvo a punto de terminar en tragedia luego de que dos jóvenes sufrieran descargas eléctricas durante una presentación musical conocida como el “Quilcazo”.
HABLA EL PRINCIPAL AFECTADO
El caso más grave fue el del guitarrista Carlos Suárez, quien recibió una fuerte descarga eléctrica al tomar el micrófono, lo que provocó que cayera al suelo ante el asombro del público. Como consecuencia, sufrió quemaduras leves de primer grado en el cuello, las cuales, según indicó, ya se encuentran en proceso de recuperación.
“Quedé paralizado, pero nunca perdí el conocimiento. Las quemaduras fueron por el contacto directo del micrófono con mi piel”, explicó el músico a Buenos Días Perú y precisó que continúa realizándose exámenes médicos para descartar daños internos.
Además, el sonidista del evento también estuvo en riesgo, ya que al retirar el micrófono reaccionó rápidamente para evitar una descarga mayor. Ese mismo día, según se informó, otro guitarrista de una agrupación distinta habría sufrido una descarga, aunque sin consecuencias graves.
De acuerdo con Suárez, el problema estaría vinculado a una falla en el sistema eléctrico, posiblemente por cables defectuosos o conexiones inadecuadas. Si bien el local solo habría proporcionado los puntos de energía, los equipos fueron instalados por personal contratado para el evento.
En ese sentido, el músico señaló que la responsabilidad recae en la organización, al tratarse de un evento gestionado por una productora. No obstante, aclaró que los organizadores se han mantenido en contacto y están asumiendo los gastos médicos.
El agraviado hizo un llamado a reforzar las revisiones técnicas, verificar el estado de cables y conexiones, y asegurar condiciones mínimas para los artistas. Finalmente, anunció que suspenderá temporalmente sus actividades para priorizar su recuperación, con la intención de retomar su carrera musical en los próximos meses.