Dueño de gimnasio usa chaleco antibalas tras recibir amenazas de muerte en San Martín de Porres
El empresario asegura que los delincuentes le exigen un pago bajo amenaza de muerte y lamenta la inacción policial pese a múltiples denuncias.

El empresario asegura que los delincuentes le exigen un pago bajo amenaza de muerte y lamenta la inacción policial pese a múltiples denuncias.
Las extorsiones continúan golpeando a los empresarios de Lima. Esta vez, el propietario de un gimnasio en San Martín de Porres denuncia que viene siendo víctima de amenazas de muerte y de dos atentados armados en menos de dos meses. El empresario, que prefiere mantener su identidad en reserva, asegura que un grupo criminal le exige el pago de 40 mil soles bajo amenaza de asesinarlo a él y a sus familiares.
Las cámaras de seguridad del local captaron el momento en que un sujeto desciende con calma de una motocicleta, observa el edificio y efectúa varios disparos contra el tercer piso del inmueble. Según el agraviado, este segundo ataque se registró apenas 11 días después del primero, ocurrido también un miércoles, y pese a sus denuncias, las intimidaciones no han cesado. El dueño sostiene que ha acudido a las autoridades sin obtener resultados concretos.
Extorsiones en aumento pese al estado de emergencia
Ante la falta de protección, el empresario decidió contratar seguridad privada con el apoyo de un suboficial de la comisaría del sector, aunque durante el atentado más reciente ningún agente se encontraba presente. Además, el afectado ha optado por utilizar chaleco antibalas de manera permanente, temiendo por su vida y la de su familia. Pese a ello, expresa su indignación por la falta de respuesta del Estado y la escasa presencia policial en la zona.
El caso pone nuevamente en evidencia la escalada de violencia y la sensación de impunidad que impera en Lima, incluso bajo el actual estado de emergencia. Las imágenes difundidas muestran a los delincuentes actuando con total tranquilidad, disparando y retirándose sin ser perseguidos, una muestra del poder que las mafias extorsivas siguen ejerciendo en diversos distritos de la capital.