César Bardales se retuerce de dolor, grita, llora e implora ayuda. Su situación es desgarradora. Padece una intensa crisis tras el retiro de un neuroestimulador medular que le había sido implantado por el Ministerio de Salud (Minsa) para aliviar el sufrimiento que arrastra desde hace cuatro años, cuando fue asaltado y baleado por delincuentes.
Los cuatro impactos de bala que recibió le provocaron un severo traumatismo medular. Para mitigar el dolor crónico, el Minsa le proporcionó un neuroestimulador que fue implantado quirúrgicamente el 5 de julio del año pasado, convirtiéndolo en el primer paciente del sistema público en recibir un dispositivo de este tipo. Sin embargo, según denuncia su familia, el 19 de julio el equipo fue retirado sin una adecuada explicación y mediante engaños.
JUSTIFICAN RETIRO
Desde el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas, lugar donde se realizó la intervención, el Dr. Leonel Lozano, director ejecutivo de planeamiento estratégico del Hospital Mogrovejo, justificó el retiro del equipo señalando que no había dado resultados positivos. “Se hizo la programación del dispositivo, pero el paciente no sintió mejoría. ¿Cuál es el sentido de que tenga algo que no lo ayuda?rdquo;, explicó. Añadió que cuando un equipo médico no se utiliza o no funciona, este debe regresar al stock de farmacia del hospital para ser asignado a otro paciente.
No obstante, la familia sostiene que nunca se les informó que el retiro del dispositivo sería definitivo. El caso ha sido elevado a la Superintendencia Nacional de Salud (SUSALUD) y también ha llegado a la Fiscalía. La familia de César Bardales espera que se haga justicia, o al menos, obtener algún alivio en medio del calvario que enfrentan día a día.