El viacrucis de las mamás de niños con quemaduras: Conozca el desgarrador testimonio de Viviana
Viviana, una joven madre de 22 años, lucha con sentimientos de culpa y preocupación constante por el futuro de su hija.
Viviana, una joven madre de 22 años, lucha con sentimientos de culpa y preocupación constante por el futuro de su hija.
Un 18 de febrero a las 10 de la noche de 2023, Viviana Lisette, de 22 años, vivió el peor día de su vida. Esa noche en Tarapoto, mientras ella y sus dos pequeñas se encontraban en su hogar, un accidente trágico cambió sus vidas para siempre. Sin electricidad en su casa, Viviana usaba velas para iluminarse. Dejando una vela encendida en un envase de vidrio, salió brevemente a comprar medicinas para una de sus hijas que estaba enferma. Al regresar, encontró su hogar envuelto en llamas.
"Yo dejé la vela en un envase de vidrio. Como estaban durmiendo, aproveché para salir a comprar. No imaginé que pasaría todo eso. Cuando escuché gritos de mi hija menor, bajé corriendo y ya estaba todo quemado. Solamente encontré a mis niñas entre el colchón y ellas", relató Viviana, en un desgarrador testimonio.
Las hijas de Viviana sufrieron quemaduras de tercer grado debido al fuego que destruyó su hogar. La hermana mayor, Violeta, tuvo que ser intubada debido a la gravedad de sus lesiones. "Al día siguiente, mi hijita menor fue intubada, y a la mayor la intubaron al tercer día. Luego nos trasladaron al hospital de San Borja para su tratamiento urgente", narró Viviana.
En Lima, fueron acogidas por la Asociación de Ayuda al Niño Quemado (Aniquem), quienes desde el primer día se encargaron de su atención. El doctor Raúl Rodríguez Vilca, presidente y fundador de Aniquem, nos informó sobre el estado de las quemaduras de Violeta. "Tiene quemaduras en la cara y manos, que son profundas y dejan huellas. Actualmente, sigue recibiendo terapia porque los niños como ella tienen mayor propensión a que crezcan las cicatrices. El control sobre ese crecimiento dura más tiempo, aproximadamente entre dos años y medio a tres años", explicó el experto.
Para Violeta, olvidar este trágico episodio ha sido muy difícil. Su madre, Viviana, lucha con sentimientos de culpa y preocupación constante por el futuro de su hija. "Me siento más culpable por Violeta, porque es su cara. Siento que más adelante puede ser rechazada cuando crezca. Si no la hubiera dejado, nada de esto habría pasado. Ella me decía cuando salió del hospital, 'mamá, ¿por qué estoy así? ¿Por qué los niños y la gente me miran?#39; Yo con ese dolor le decía que no se preocupara, que todo pasaría", comentó Viviana entre lágrimas.
Este lamentable hecho jamás será borrado de la memoria de Viviana, quien hoy sufre por sus dos pequeñas. "Siento que a veces no puedo dormir porque quedé con ese trauma de que cualquier rato puede pasar. No quisiera que nadie pase por esto", expresó.
APOYO
Desde que llegaron a Lima, la asociación sin fines de lucro ha ayudado en la recuperación de estas niñas. Sin embargo, se necesita más ayuda. Aniquem es la única institución en Perú que brinda tratamiento completamente gratuito a niños quemados, y actualmente tienen 6,674 pacientes a nivel nacional. Ellos invitan a la comunidad y a empresarios a sumarse y ayudar mediante el apadrinamiento de un niño para mejorar su calidad de vida.
Además, Aniquem tiene un programa de reciclaje y organiza campañas quirúrgicas, como la que se llevará a cabo del 9 al 15 de junio en Cusco. Necesitan tu apoyo para seguir brindando esperanza a niños como Violeta y Glendy.