Nuestro sistema de salud se enfrenta a una emergencia sin precedente que ha puesto a la luz una crisis hospitalaria pendiente por años sin resolver, y hoy con múltiples limitaciones y pese a los inmensos esfuerzos del personal de salud para luchar contra el coronavirus aún la red pública de salud es precaria.
Las próximas dos semanas son cruciales para todo el país, la enfermedad llegará a los picos más altos, los casos de COVID-19 pueden duplicarse cada 7 u 8 días y los hospitales podrían colapsar.
Se trata de una guerra en la que nadie quiere rendirse, en especial los trabajadores de la salud, quienes luchan con el equipo que este a su alcance. Los médicos reciben a pacientes muy graves, pacientes que dependen de un ventilador mecánico, esta es la última batalla y la más dramática contra el COVID-19.