El Santo Padre exhortó hoy a la Iglesia a "no excluir" a los cristianos separados o divorciados sino a brindarles apoyo para que, de ese modo, "no se sientan excluidos de la misericordia de Dios".
Asimismo, el Papa Francisco pidió a los pastores de la Iglesia "interrogarse y preguntarse" cómo pueden ayudar a los católicos que han roto su matrimonio.
Jorge Mario Bergoglio analizó la evolución del matrimonio y afirmó que "hoy es considerado como una forma de gratificación afectiva que puede hacerse de cualquier manera y cambiarse según la sensibilidad de cada uno".
Para el Sumo Pontífice, "desgraciadamente esta visión también afecta a la mentalidad de los cristianos, facilitándoles la posibilidad de recurrir al divorcio o a la separación de hecho".