La última semana todo el mundo se sorprendió con las imágenes en YouTube de un oso polar ‘acariciando’ a un perro en Canadá. Mientras a algunos se les estrujaba el corazón y otros no nos explicábamos cómo era posible, finalmente unos días después la respuesta llegó.
No resultó un milagro de la naturaleza. De hecho, la misma naturaleza parece habernos dado un golpe de realidad para mostrarnos que para ella no existe tal cosa y que a veces no hay nada más natural que las crudas cosas que no queremos ver.
Cuando David De Meulles, quien subió el video, vio al oso posando sus garras en el can, parece que ignoraba que Brian Ladoon, el dueño de los terrenos donde funciona el refugio para perros Mile 5, alimentaba a estos animales salvajes regularmente, pese a que ello es ilegal.
Como era de esperarse, esta actividad había atraído a los osos a los alrededores, “armando” la escena que se ve en el video. Si esto puede sonar decepcionante, lo que sigue es francamente devastador: según recogen diversos medios, los osos devoraron a un perro horas después.
Ladoon precisó a CBC que la pasada semana había nueve osos en el lugar donde los perros estaban encadenados, y fue en ese momento cuando ocurrió el ataque. “Ese fue el único día en que no alimentamos a los osos, la única noche en que no les pusimos comida”, se lamentó.
Él subrayó, no obstante, que se trata de otros animales y no de los que aparecen en el video. Ali Wunderman, del sitio web Quartz, señala por su parte que el ataque ocurrió la semana anterior por el mismo oso.
“Pero, como (Ladoon) es consciente del interés que tienen los turistas por ver osos polares, deja a sus perros encadenados en la calle, usándolos como cebo”, afirma. Por ello el dueño del santuario ha sido blanco de duras críticas.
Mientras tanto, las autoridades de conservación informaron que tres osos fueron retirados de dichas tierras la semana pasada. Ian Stirling, profesor adjunto de la Universidad de Alberta, afirmó que este tipo de “amistad” nunca podría ocurrir en la naturaleza.
Wunderman reflexiona: “En los últimos 10 años, nuestra manera de acercarnos al mundo animal a través del audiovisual ha cambiado por completo. Hemos pasado de los documentales, en los que se nos muestra la naturaleza tan salvaje y cruda como es, por vídeos de YouTube que nos muestran escenas desconextualizadas y distorsionadas de los animales”.