La sorpresiva y violenta muerte de José Miguel Castro Gutiérrez, exgerente municipal y brazo derecho de la exalcaldesa Susana Villarán, ha encendido una nueva alarma en el caso que investiga el financiamiento ilegal de campañas políticas en la Municipalidad de Lima.
Castro fue encontrado sin vida el pasado 29 de junio, alrededor de las 11:50 de la mañana, en el baño de la casa de Miraflores donde cumplía prisión preventiva. De acuerdo con el parte policial, su cuerpo presentaba un corte de aproximadamente 14 centímetros en el cuello, además del hallazgo de dos cuchillos ensangrentados y señales de manipulación en la chapa de la puerta del baño, lo que ha generado serias dudas sobre la hipótesis del suicidio.
El cuerpo fue hallado por su padre, el médico y exdiputado cusqueño José Castro Gómez. José Miguel Castro no solo era investigado como segundo al mando de una presunta red criminal que habría recibido millonarias coimas de las constructoras brasileñas Odebrecht y OAS, sino que recientemente había iniciado un proceso de colaboración eficaz, lo cual podría haber significado información comprometedora contra su exjefa Susana Villarán.
DECLARACIONES NO PODRÁN SER USADOS
El abogado penalista Andy Carrión advirtió que, debido a que no se homologó judicialmente la colaboración eficaz de Castro, las declaraciones dadas en ese marco no podrán ser utilizadas en juicio. Sin embargo, sostuvo que los aportes hechos durante su etapa como imputado sí podrían ser leídos como prueba.