Decenas de personas burlaron todos los protocolos de bioseguridad y medidas establecidas por las autoridades sanitarias para evitar posibles contagios de la COVID-19, cuando decidieron participar de un evento clandestino en el que celebraban una fiesta tradicional en el sector de Yalquincha, en Calama, Chile.
Entre tragos, comida, música y baile la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus pasó al olvido, lo que ocasionó que 10 de ellos terminaran detenidos por las autoridades.
Mientras que, en la plaza de Armas de Santiago de Chile hubo problemas debió a un culto evangélico en el que cerca de 60 personas se congregaron, según lo informó la prensa local, estas llevaban mascarillas y guantes, pero no respetaban el distanciamiento social. La etapa de transición en la que se encuentra Santiago de Chile no permite reuniones de más de 10 participantes en espacios abiertos, es por ello que los efectivos policiales intervinieron.
Chile registró 1 406 nuevos infectados de coronavirus y 42 fallecidos a causa de la enfermedad y ahora figura entre los primeros 10 países del mundo en superar los 400 000 contagios de la COVID-19.