Argentina: el ventrílocuo que se enamoró de su muñeca
Hace poco más de 30 años Carlos Domínguez se separó de su mujer y fabricó una muñeca de látex que definiría su historia de amor.
Hace poco más de 30 años Carlos Domínguez se separó de su mujer y fabricó una muñeca de látex que definiría su historia de amor.
Hace tres décadas se convirtió en ventrílocuo, fabricó una muñeca, la llevaba en una valija con él a todos lados, le engrió al extremo y se enamoró de ella.
Tres características hace de este ventrílocuo único en su país y en el mundo: primero, que su herramienta de trabajo no es un muñeco sino una muñeca; segundo, que la fabricó él mismo inspirado en lo que es su ideal de mujer y tercero, que se enamoró de su propia creación, aunque no parezca real, así lo afirma el romántico argentino.