Definitivamente existen enfermedades que son mucho más difíciles de superar que otras. Entre las más terribles están no necesariamente las que socavan la salud física de las personas, sino su autoestima, su estabilidad emocional, su salud mental… en resumen, su capacidad de ser feliz.
Una de estas enfermedades es el vitiligo, un raro mal que pese a ser congénito, no contagioso y tampoco mortal, es capaz de minar terriblemente la autoestima de quienes lo sufren. Este es el caso de Ashley Soto, una joven estadounidense diagnosticada cuando era solo una niña.
A sus cortos 12 años Ashley, de Orlando, Florida, vio aparecer una mancha blanca en su cuello que fue extendiéndose hasta alcanzar el 75% de su cuerpo. El vitiligo afecta a solo el 2% de la población mundial y decolora la piel por la muerte de la células que cumplen dicha función (melanocitos).
El ver cómo tu apariencia cambia tan radicalmente es un impacto tremendo en la vida de cualquier persona y sin el apoyo adecuado, muchos no logran recuperarse. Ashley tuvo que soportar años de burlas, insultos y demás comentarios despectivos, lo que la llevó a la depresión y la inseguridad.
El problema era tan serio que hasta intentó ocultarse bajo su ropa, llegando incluso a usar chalecos y pantalones largos en pleno verano. Sin embargo, tras cumplir los 20 años, ella comenzó a ver su condición de otra manera. La transformó en arte.
“Nunca aprendí a reconocer la belleza de mi vitiligo hasta que tracé con un marcador negro la silueta de algunas manchas, eso fue lo que realmente me ayudó a ver el contraste de colores de mi piel”, dijo. Así compartió una foto de su cuerpo en las redes sociales con un mensaje de esperanza.
“Espero que este post inspire a todas las chicas a estar conformes con ellas mismas y sus cuerpos, porque todas son hermosas y únicas”, desde aquel momento todo comenzó a cambiar. Su publicación recibió toda clase de reacciones y comentarios positivos que la motivaron a seguir.
Hoy, Ashley se ha convertido en una exitosa instagrammer. Como una celebridad de Internet, dedica sus esfuerzos a concientizar a la gente sobre el vitiligo e inspirar a muchas más personas a aceptarse y amarse como ella lo hizo.
“Ahora lo que otros perciben como una imperfección, para mí es algo bello y que debí haber aceptado antes”. Poco a poco, esta joven comenzó a avanzar en su camino hacia llevar una vida normal, recuperar la confianza y sentirse segura con ella misma.
“Voy a seguir creando diferentes piezas de arte con mi piel y espero que pueda inspirar a otros en el proceso”, aseguró. El vitiligo puede presentarse a cualquier edad, aunque comúnmente los hace entre los 10 y 30 años. No se conoce una causa específica, por lo que supone todo un reto médico.
No obstante, Ashley consiguió la fuerza para superar este reto, y ahora desea compartirla con los demás que puedan estar pasando por una situación parecida ¡Toda una guerrera!