El superintendente de la Sunafil, José Loyola, renunció al cargo luego de que el ministro de Trabajo, Alfonso Adrianzén, solicitara su renuncia irrevocable tras hacerse públicas las denuncias de supuesto acoso sexual interpuestas en su contra por una extrabajadora de dicho sector.
En su carta presentada Loyola negó categóricamente las acusaciones en su contra y manifestó su "profundo rechazo" por los hechos imputados hacia su persona. Además, agregó que la persona quien lo acusa no trabajó en la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) ni tampoco en las instalaciones donde laboraba. No obstante, reconoció que compartieron el espacio laboral cuando él se desempeñaba en el "despacho viceministerial".
"Durante los 7 meses que laboré como asesor del despacho viceministerial y donde compartía un espacio de trabajo con la denunciante, jamás existió acto alguno que pudiera ir en contra de la moral y buenas costumbres; sin embargo, desde que asumí el cargo (...) habrían empezado, presuntamente, los actos denunciados", se lee parte del documento.
LOS HECHOS
Cabe precisara que la denuncia se dio a conocer en un reportaje dominical (Cuarto Poder), en la que la víctima, identificada como Maritza, señaló que la agresión se dio en la misma sede del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), razón por la cual el ministro de Trabajo, Alfonso Adrianzén, había solicitado la renuncia de Loyola en el cargo.