Hija y exesposo de Susana Villarán eran apoderados de constructora española

En Murcia, España, existe una compañía constructora denominada Getnisa Ingeniería civil SLP, que tuvo como apoderados solidarios a Soledad Piqueras Villarán y a Manuel Piqueras Luna, la fallecida hija y el exesposo de Susana Villarán, respectivamente. Así lo dio a conocer un informe periodístico del diario Expreso.

Se trataría de una sociedad limitada profesional (SLP),  que según el referido medio figura en el Registro Mercantil de Murcia y su código de identificación fiscal (CIF) sería B73252777.

De acuerdo a documentos a los que accedió este diario, la actividad principal de esta empresa es ofrecer servicios técnicos de arquitectura y servicios de ingeniería. Piqueras Villarán y Piqueras Luna fueron nombrados como apoderados solidarios el 1 de marzo de 2013. No obstante, el 9 de agosto de 2018, Soledad Piqueras y su padre Jorge Piqueras habrían sido cesados del cargo de apoderados.

El informe señala además una facturación anual de 2 millones de euros por parte de esta empresa, sin embargo indica que buscadores especializados no han hallado “información relativa a los accionistas de esta empresa”  y que además, las cuentas de Getnisa estarían “pendientes de tratamiento” desde 2003 y citan a auditorías de cuentas y bancos.

También se indica que no está claro el perfil financiero de esta entidad  entre los años 2013 y 2014, y que probablemente no existan.

La nota periodística aclara que no se ha ubicado ninguna documentación que sostenga que los familiares de la exalcaldesa sean socios o que hayan adquirido acciones de Getnisa Ingienería Civil SLP, pero pone sobre el tapete la duda que surge sobre cuáles habrían sido las motivaciones para que se nombre a estas personas como apoderados de una compañía que queda en una pequeña ciudad en el mediterráneo español.

La publicación agrega que es importante conocer “cuál ha sido el alcance de esos poderes, cuáles fueron sus emolumentos en un país donde hay muchos movimiento de dinero negro, más  conocido como “dinero B” o “caja B”, que manejan algunas empresas de la construcción, como se ha visto en más de un caso”.

Los especialista a los que se consultó en la citada investigación aseguraron que “el tema está en no cruzar la delgada línea roja que separa la legítima y legal promoción comercial de una firma y el tráfico de influencias”.

Para muchos surge la duda de por qué Soledad Piqueras y Manuel Piqueras ingresaron a Genitsa justamente faltando pocos días para firmarse los cuestionados contratos con OAS y Odebrecht relacionados al control de las redes viales más importantes del transporte en la ciudad de Lima.