Con ocasión del Día de Todos los Santos la población de Pisco acudió al cementerio general de la localidad para recodar a quienes perdieron la vida en el terremoto del año 2007.
Desde las primeras horas, los pobladores llegaron al recinto fúnebre con flores y velas, y algunas familias con bandas de música para alegrar a las personas que ya descansan en paz.
Mientras que los vendedores de flores aprovecharon la gran afluencia para triplicar el precio de los ramos, que usualmente se venden entre dos y cinco nuevos soles.
Tras el sismo de 2007, los pabellones antiguos del cementerio colapsaron y los féretros quedaron expuestos a la intemperie. Cuatro años después, el lugar luce remozado.