El hijo menor de la empresaria judía, Myriam Fefer, confía en que la Corte Suprema ratifique, mañana, los 30 años de prisión que le impusieron a su hermana, por el crimen de su madre.
Ariel Bracamonte Fefer también espera que se le abra un nuevo proceso a la expareja de su hermana, Liliana Castro Mannarelli pues, asegura, que hay “pruebas contundentes” que demuestran la culpabilidad de ambas en la muerte de su madre.
Desde Estados Unidos, donde vive hace cinco meses, restó importancia a los informes periodísticos que cuestionaron que no se haya valorado, en primera instancia, algunas pruebas presentadas durante el proceso.
Sobre la carta que habría escrito el sicario colombiano Alejandro Trujillo, en la que lo acusa de haberle entregado las llaves de la casa para que entre y mate a su madre, aseveró que es absurdo, pues fue él quien estuvo tras la extradición del homicida desde Argentina.
De otro lado, lamentó que su padre, Marco Bracamonte, haya presentado unos e-mails que lo incriminarían: “Están desesperados por sacar a mi hermana de prisión. Eva no es una santa. No le bastó con acabar con la vida de mi madre; ahora quiere destruir la mía”.