De la risa al llanto. Stephen Hillenburg, conocido mundialmente por ser creador de la serie animada Bob Esponja (Sponge Bob), murió el lunes a los 57 años producto de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que sufría, según confirmó la cadena Nickelodeon.
Mediante un comunicado, la televisora manifestó su tristeza por la noticia: “Era una persona muy querida para todos: nuestro recuerdo está con toda su familia”. La compañía resaltó el trabajo de Hillenburg al crear el personaje que se volvió un icono de la cultura popular.
Este, señalaron, fue dotado con un “sentido único del humor y una inocencia que ha divertido a generaciones de niños y de familias en todas partes”. Pero contar la historia de Bob Esponja es, casi literalmente, contar la vida de Hillenburg.
Bob Esponja nació en 1989 con un concepto muy distinto al personaje que conocemos. Se llamaba ‘Bob The Sponge’ (Bob La Esponja), una esponja de mar sin brazos ni piernas que era un secundario en Intertidal Zone, libro de historietas para niños que hablaba sobre las diversas especies del mar.
Hillenburg, biólogo marino enamorado del cine y la ilustración, creó el libro mientras trabajaba como instructor y artista del Instituto Marino del Condado de Orange en Dana Point, California. Aunque intentó venderlo a varias editoriales, no encontró a nadie interesado.
Pero eso no fue un problema para su autor, pues ese mismo año decidió volver al Instituto de Artes de California para estudiar animación experimental. Con lo aprendido, logró conseguir un trabajo en Nickelodeon, trabajando en la serie Rocko's Modern Life. Todo era cuestión de tiempo.
“Uno de los muchachos lo vio y dijo: 'Deberías hacer tu propia serie'” contó en una entrevista con The Guardian en 2016. Así dio forma a Sponge Boy (Chico Esponja), personaje con la apariencia de un “nerd inocente” y “atrapado para siempre entre un niño y un hombre” según su creador.
Sponge Boy tuvo su primer programa en Nickelodeon en 1996, un soltero que vivía en una piña, amaba su trabajo en el restaurante ‘The Crusty Crab’ y codiciaba ser el empleado del mes. Cambiaría definitivamente de nombre a Sponge Bob tras una cuestión legal con una empresa.
La serie plasmó muchas de las experiencias personales de Hillenburg, su fascinación por Tahití y Hawai, el surf y el buceo que aprendió desde su infancia, y las referencias a El Mundo Submarino de Jacques Cousteau, su programa favorito en los años sesenta y setenta.
Tras graduarse en la secundaria de Anaheim, incluso trabajó algunos veranos cocinando en un restaurante de langostas de Maine. Pero si hay algo que ha conseguido plasmar indiscutiblemente como un sello en toda su obra, es su inmenso amor por el mar.
“La gente tiene que unirse y darse cuenta de lo importante que son nuestros océanos. Espero que el público se dé cuenta de que esta animación está inspirada en algo precioso y que deberíamos apreciarlo. Espero que si ves Bob Esponja (...) querrás cuidar nuestros océanos”, dijo en 2009.
Asimismo, la tolerancia y la diversidad fueron los temas principales de Bob Esponja durante mucho tiempo. Su optimismo, señaló, pretende “transformar la forma en la que el público mira las cosas, ayudándoles a encontrar la ironía incluso en los detalles más aburridos de la vida”.
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