Truco 3: MacGyver contraataca
Si el primer truco te pareció alucinante, con este vas a volar, aunque requiere más la labor de un espía que la de un ladrón común. Se supone que el individuo debe tener previo acceso a la llave, aunque sea por corto tiempo, con el fin de improvisar un duplicado.
Luego, usando un encendedor, tendrá que ‘quemarla’ hasta que el hollín se impregne bien en su superficie. Aquí entra a tallar una cinta adhesiva, que hará de molde. Tras pegar la cinta en la llave y ver que la huella haya quedado perfecta, todo es cuestión de retirarla y pegarla sobre el material.
En este caso, algo tan simple como un trozo plano de lata puede servir. Luego viene la parte más compleja. Con mucha paciencia y unas tijeras finas, habrá que recortar la lata al estilo de los viejos armables para pegar en cartón, cuidando bien el contorno para tener una réplica exacta.