Desde que la espectacular tecnología de impresión en 3D empezó a desarrollarse, se ha logrado crear todo tipo de objetos y últimamente influye cada vez más en el avance de campos tan imprescindibles como el de la medicina. Prueba de ello es el caso de una tortuga marina cuya vida se ha salvado gracias a una prótesis de mandíbula realizada con una impresora 3D. Para eso se requirió un implante impreso con titanio de uso médico fabricado especialmente para este caso. Afortunadamente los resultados fueron alentadores y el animal de 45 kilogramos se encuentra en buenas condiciones, llevando una vida normal.