Semana Santa: ¿qué dicen los evangelios apócrifos sobre la Pasión de Cristo?
La gran mayoría de los textos apócrifos dejaron de ser reproducidos cuando quedaron fuera del canon de la Iglesia, explicó el teólogo Rafael Aguirre.
La gran mayoría de los textos apócrifos dejaron de ser reproducidos cuando quedaron fuera del canon de la Iglesia, explicó el teólogo Rafael Aguirre.
Este viernes se recuerda la Pasión de Cristo, hecho retratado en cuatro evangelios del Nuevo Testamento de la Biblia que corresponden a Mateo, Marcos, Lucas y Juan, donde se narra la suerte de Jesús de Nazareth, quien fue condenado a muerte por medio de la crucifixión por mandato de Poncio Pilatos, luego, al tercer día, su cuerpo no se hallaba en el sepulcro porque había resucitado.
Esta es la historia de Jesús que ha sido reconocida por la Iglesia Católica por medio de los evangelios canónicos, sin embargo, existen otros escritos que quedaron fuera del texto de la Biblia y que son llamados apócrifos, pues la iglesia no los ha reconocido. La mayoría de estos textos hablan de la vida de Jesús, pero no tanto sobre su muerte.
Rafael Aguirre, catedrático de Teología en la Universidad de Deusto, España, explicó que muchos escritos apócrifos hablan de la infancia de Jesús, pero no muchos se centran en la Pasión de Cristo. “Sobre el relato de la Pasión, las posibilidades de que la imaginación se disparase eran mucho menores, por la misma naturaleza del relato, tan sobrio y tan poco idealizado", señaló el experto.
EVANGELIO DE PEDRO
Uno de los textos no reconocidos por la iglesia es el de Pedro, el cual se centra en la muerte de Jesús y hace un relato de la pasión, explica Aguirre. En este evangelio se incluye un cambio relevante respecto a los canónicos: culpabiliza más a los judíos sobre la muerte de Jesús y casi libra a los romanos de responsabilidad.
"El que envía a la muerte a Jesús no es Pilato, sino Herodes, y, además, Herodes encarga a unos soldados judíos no romanos que crucifiquen a Jesús", señala el teólogo español, quien además explica la situación en el siguiente contexto: "se explica porque las comunidades van introduciéndose en el imperio, quieren evitar el conflicto con las autoridades romanas y entonces su responsabilidad la van amortiguando (…) por otro lado estas comunidades se están separando del judaísmo, y entonces cargan cada vez más la responsabilidad de la muerte de Jesús sobre ellos".
LA RESURRECCIÓN
Según este evangelio apócrifo, se explica el detalle de cómo salió Jesús del sepulcro tras haber resucitado, algo que no se detalla en los textos canónicos, señala el teólogo.
“Empero, en la noche tras la cual se abría el domingo, mientras los soldados en facción montaban dos a dos la guardia, una gran voz se hizo oír en las alturas.
Y vieron los cielos abiertos, y que dos hombres resplandecientes de luz se aproximaban al sepulcro.
Y la enorme piedra que se había colocado a su puerta se movió por sí misma, poniéndose a un lado, y el sepulcro se abrió. Y los dos hombres penetraron en él.
Y, no bien hubieron visto esto, los soldados despertaron al centurión y a los ancianos, porque ellos también hacían la guardia.
Y, apenas los soldados refirieron lo que habían presenciado, de nuevo vieron salir de la tumba a tres hombres, y a dos de ellos sostener a uno, y a una cruz seguirlos.
Y la cabeza de los sostenedores llegaba hasta el cielo, más la cabeza de aquel que conducían pasaba más allá de todos los cielos.
Y oyeron una voz, que preguntaba en las alturas: ¿Has predicado a los que están dormidos?
Y se escuchó venir de la cruz esta respuesta: Sí”, relata el texto.
¿POR QUÉ NO SE INCLUYERON EN LA BIBLIA?
De acuerdo a Aguirre, estos textos fueron dejados de lados cuando en la época del emperador romano Constantino quiso unificar su imperio, para ello, se estandarizó las doctrinas cristianas y se promovió un canon según las escrituras del Nuevo Testamento, por lo que las escrituras apócrifas fueron apartadas o dejaron de ser reproducidas.
A fines del siglo IV, los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan fueron aceptados como parte integral de los 27 textos que constituyen el Nuevo Testamento.