La Navidad no es un día muy esperado por las perros, según veterinarios, y es que su audición 16 veces mayor al del ser humano convierte la Nochebuena en su peor pesadilla a causa de la detonación de pirotécnicos. Así lo demuestra el caso de ‘Lobito de mar’, un pequeño can que no soportó el estruendo de los cohetones y murió víctima de un paro cardíaco. Su dueño Fernando Moreno contó que sus vecinos de La Molina reventaron los fuegos artificiales muy cerca de su casa, por lo que pide un mayor control al tráfico de estos peligrosos productos.