Estos dos oficiales dieron su mayor esfuerzo por rescatar el vehículo de su superior llegando al punto de perder la vida intentándolo. Este fatal accidente se produjo cuando dos soldados bolivianos se lanzaron a un río desbordado para salvar el auto del capitán, mientras varios testigos les pedían que no lo hicieran. Por razones que aún se investigan, el cadete Luis Estter y Alan Álvarez hicieron caso omiso a las advertencias de los transeúntes y se lanzaron a las bravas aguas con la intención de detener el carro, sin embargo fueron atrapados por el torrentoso caudal. Este hecho sucedió en medio de las denuncias por abusos psicológicos y violencia física que sufren los efectivos de las fuerzas armadas de ese país.