En una carta enviada a su amigo y escritor italiano Piergiorgio Odifreddi, que publica parcialmente hoy el periódico La Repubblica, el Papa Emérito aseguró que nunca intentó encubrir el abuso de niños en la Iglesia Católica.
“En lo que concierne a su mención del abuso moral de menores por parte de sacerdotes, solo puedo, como sabe, reconocerlo con profunda consternación. Pero nunca traté de encubrir estas cosas”, escribió Joseph Ratzinger.
El religioso admitió que para la Iglesia Católica es doloroso que el “poder del mal” haya penetrado en el mundo de la fe. Sin embargo, consideró que no deben presentarse esas conductas aberrantes “como si se tratara de una inmundicia propia del catolicismo”.
Finalmente, el Papa Emérito, quien renunció el pasado febrero, señaló que no está permitido callar sobre los males en el seno de la Iglesia, aunque tampoco se debe callar la “gran huella luminosa del bien y la pureza” que la fe cristiana habría dejado como herencia.