Guillermo Benavente tiene más de 50 años, cuando nació fue dado en adopción por su madre. Permaneció hasta los 18 años en el albergue Chávez, cuando salió se enteró que tenía una hermana. La buscó por mucho tiempo, pero no tuvo suerte y, por la necesidad, tuvo que alistarse en el ejército para seguir subsistiendo.
Hace poco, Guillermo recibió una llamada de su prima, gracias a la intermediación del equipo de Volverte a Ver, que confirmó lo que tanto había supuesto hasta ese entonces, que su hermana realmente estaba viva. Sin embargo, aún sigue en su búsqueda.
La segunda historia es de Luis Enrique. Por cosas del destino, él cayó enfermo y tuvo que estar internado en el hospital. Estuvo en coma por un tiempo y al regresar no podía mover más que un solo dedo. A pesar del dolor de lo sucedido, su familia siempre estuvo apoyándolo y poco a poco empezaron a ver en la tristeza y en las limitaciones, fortaleza y fe.
Hace algunos años, Luis sorprendió a su familia escribiendo un libro que publicó en España. De acuerdo a sus familiares, el libro tuvo un éxito inesperado, lo cual lo animó a escribir uno más. Desde su silla de ruedas y apoyado por una computadora, Luis Enrique terminó la universidad, apoya en editoriales y aboga para que el Estado le de una mayor visibilidad a las personas con discapacidad.