Dos de los seis miembros que conforman la tripulación de la estación espacial, los astronautas estadounidenses Mike Fossum y Ron Garan, señalaron en un encuentro con la prensa retransmitido por la NASA que han comenzado algunas tareas para dejar la Estación Espacial Internacional (EEI) en las mejores condiciones en caso de que en noviembre tengan que abandonarla. Todavía es pronto pero “hay mucho trabajo que hacer”.
El personal de tierra trabaja en los planes de contingencia en caso que la estación tuviera que operar sin tripulación por algún tiempo, después de que el fallo de un cohete ruso similar a los que impulsan las naves Soyuz -con las que se hacen los relevos de personal- haya obligado a detener los lanzamientos.
Los astronautas todavía no han recibido instrucciones pero han decidido adelantar simulacros con pequeños preparativos, como grabar en vídeo algunas de sus tareas para poner al día y formar rápidamente a la tripulación que regrese para poner en marcha la EEI.
“Los equipos están en las etapas preliminares, desde qué ventilación vamos a dejar funcionando, qué luces quedarán encendidas, como van a a dejar cada experimento, cada tanque, cada válvula, cada escotilla, hay mucho que hacer”, dijo el veterano Fossum.
El 24 de agosto un carguero espacial no tripulado se estrelló poco después de su lanzamiento a causa de un fallo en el cohete propulsor Soyuz-U, el mismo que utilizan las naves Soyuz, las únicas con las que se pueden realizar los reemplazos de tripulación desde que EE.UU. retiró sus transbordadores espaciales.
La agencia rusa Roscosmos suspendió temporalmente las misiones que tenía previstas hasta encontrar la causa del problema en este modelo de cohete, que presentó un desperfecto después de 30 años al servicio de la agencia espacial rusa.
Estaba previsto que tres de los seis tripulantes de la EEI -los rusos Andrey Borisenko y Alexander Samokutyaev, así como Garan-, volvieran el 8 de septiembre en una de las dos naves Soyuz acopladas a la estación, pero su vuelta ha sido pospuesta hasta mediados de mes para que la estación pueda operar al máximo rendimiento.
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Fossum confirmó que todavía la NASA está trabajando con muchas hipótesis, aunque reconoció que el tiempo es corto y detectar la causa “después de cientos de lanzamientos con éxito” no es tan fácil como pareciera.
“Una breve pausa no es sinónimo un gran problema necesariamente”, dijo Fossum, no obstante, cuanto más tiempo esté sin tripulación, habrá mas probabilidades de que se presente un problema. El peligro sería si es que fuera algo que requiriera presencia humana y no tuviera tripulación.
“El dinero que se ha invertido se devolverá multiplicado a la Tierra”, afirmó Garan, destacando que la EEI es un “bien global” que hay que mantener.
“La EEI es un lugar del que debemos sentirnos orgullosos”, subrayó Fossum, quien aseguró: “Si hay que cerrarla por un tiempo, la dejaremos en la mejor situación posible para que los próximos tripulantes sólo tengan que encender las luces y ponerla de nuevo a funcionar”.