El planeta Júpiter es un gran enigma para el ser humano. Astrónomos aún tratan de descubrir más secretos de su turbulenta atmósfera, pero gracias a la última tecnología y la sensibilidad del telescopio espacial James Webb (JWST) se logró conocer las complejas estructuras en la atmósfera del planeta gigante.
Júpiter es un planeta de tormentas y sistemas meteorológicos descomunales. Entre todos ellos destaca la gran mancha roja, se trata de una tormenta más grande que la Tierra y que ha estado activa por siglos, pero de la que se sabe muy poco.
Según los resultados del telescopio James Webb, publicados en Nature Astronomy, muestran que la atmósfera superior del planeta es sorprendentemente dinámica, a diferencia de lo que se creía anteriormente. Pese a que solo recibe 4% de la radiación solar que llega a la Tierra, muestra una diversidad de características nunca observadas.
“De hecho, es tan interesante como las auroras boreales, si no más. Júpiter nunca deja de sorprender”, señaló Henrik Melin de la Universidad de Leicester, líder de la investigación.
COMPLEJA INTERACCIÓN
Se trata de estructuras intrincadas formadas por variaciones en la densidad de cationes trihidrógeno (H3+), las que no solo son resultado de la luz solar, sino de otros mecanismos en juego. Entre estos factores, podrían estar detrás de estas estructuras la presencia de ondas gravitatorias, similares a las olas que se forman en la playa y crean ondulaciones en la arena.
Dichas ondas se generan en las profundidades de la atmósfera inferior de Júpiter, alrededor de la gran mancha roja, y pueden viajar hacia arriba, alterando la estructura y emisiones de la atmósfera superior del planeta. Este es un hecho de la atmósfera que nunca fue observado con tanto detalle antes.
Según los expertos, este descubrimiento amplía el entendimiento sobre el planeta vecino y abre camino a futuras investigaciones sobre otros planetas gigantes.