Vamos al grano ¿Qué puede ser más genial que un robot gigante de combate? Casi nada, ¿verdad? Tantos años de Robotech (y todos los animes del género que siguieron), otros más de Transformers y el taquillazo global de Pacific Rim (2013) con secuela en proceso no son gratis.
Dejando en claro esto, ahora toca preguntar ¿Qué sería más genial que ver a dos robots gigantes de combate enfrentándose, uno por EE.UU. y el otro por Japón? No necesitas responder: esto es un hecho muy real que está a punto de ocurrir.
La primera pelea de robots gigantes de combate del planeta ha sido confirmada para realizarse en una fecha aún por definir del próximo mes de agosto, esto luego de que la firma Megabots Inc. hiciera públicos los detalles del duelo al que retaron a Japón a través de YouTube.
Parece que nos perdimos de algo…
En efecto, la mayor parte de los mortales recién nos enteramos de la pelea sin saber que para llegar hasta aquí hay una historia que ha venido transcurriendo hace más de un año y que tiene a los más fanáticos del género enganchados a Internet.
Todo comienza cuando Megabots Inc., empresa de Boston fundada por Gui Cavalcanti y Matt Oehrlein, dos jóvenes talentos decididos a volver la ficción realidad a punta de acero y circuitos, quisieron hacer historia en el entretenimiento con los primeros robots gigantes de combate.
Lógicamente esto no era una tarea nada fácil. No solo necesitaban genialidad para sacar el proyecto adelante sino presupuesto, por lo que recurrieron al crowfunding. Su campaña no tuvo el resultado esperado y, hasta que consiguieron el auspicio de Autodesk, alguien se les adelantó.
Esa fue la compañía japonesa Suidobashi, que dio a luz al robot Kuratas. Así llegamos al 30 de junio de 2015 cuando, a través de su cuenta oficial en YouTube, Gui y Matt lanzaron el reto con un argumento simple, pero contundente.
“Tenemos un robot gigante, ustedes tienen un robot gigante, ya saben lo que tiene que pasar”. La respuesta desde el otro lado del mundo solo tardó cinco días en llegar. El fundador de Suidobashi Heavy Industry, Kogoro Kurata, aceptó y alimentó el fuego de la expectativa para la delicia pública.
“¿Mi reacción? Vamos chicos, háganlo mejor. Solo hacer algo enorme y ponerle armas. Es… súper americano”, dijo. Además aseguró que “No podemos dejar a otro país ganar esto. Los robots gigantes son cultura japonesa”.
Así han ido las cosas hasta ahora, La organización quedó en manos de Megabots Inc., que se retrasó más de lo previsto buscando una sede adecuada para que miles de fans puedan apreciar cómodos y seguros a dos moles de metal haciéndose pedazos. Esta locación será anunciada en unos meses.
Corren las apuestas
Las cartas ya están sobre la mesa: por el lado de Estados Unidos está el Mark III, versión corregida y aumentada del Mark II (el diseño que presentaron para su campaña de crowfunding) tiene casi 4.9 m. de alto y pesa 12 toneladas (el doble que el Mk.II).
Con un motor de 430 hp, ya probó ser capaz de destruir autos ‘a mano’ y ha sido equipado con un brazo de motosierra capaz de aplastar acero. El pasado fin de semana hizo su presentación oficial en el evento Maker Faire Bay Area 2017.
El Kuratas se muestra mucho más humilde, pero tratándose de Japón es casi seguro que esto es una trampa: mide 3.8 m. con un peso de 4 toneladas. No necesita de dos pilotos como su rival, sino de uno, pero incluso puede ser maniobrado a control remoto.
Es capaz de rodar a unos 10 Km/h y aún no puede andar, pero puede disparar balas BB. Su historia es mucho más entrañable que la del Mk.III. Kuratas no nació como un gladiador mecánico, sino como un sueño de niño hecho realidad, el poder pilotear un robot gigante.
Kogoro fue hijo de un herrero, y desde pequeño se inspiró en su padre para intentar, poco a poco, poder construir su propio ‘mecha’. Como era de esperarse, también tomó como referencia un anime. Se trata de la serie Armored Trooper Votoms.
Parece la típica batalla de David y Goliat (más al estilo drámatico de Rocky IV con los papeles invertidos), pero quienes defienden al Kuratas señalan que no hay que olvidar que este robot cuenta con el respaldo de toda una compañía en cuestión de presupuesto.
Además, en todo este tiempo, es imposible no pensar en que se haya hecho todos los ajustes para convertirlo en una máquina de pelea (vamos, es Japón). No hay que olvidar que en su respuesta el fundador de Suidobashi se interesó en el combate cuerpo a cuerpo para ‘despedazar’ a su rival.
¿Qué pasará ahora? Habrá que esperar hasta agosto para averiguarlo. Sin embargo, más allá del resultado, no deja de ser visionariamente prometedora la idea que viene impulsando Megabots: ¿Son las peleas de robots el entretenimiento del futuro? Al menos el del presente, sí.