Este miércoles fue inaugurado en el desierto chileno de Atacama el radiotelescopio más grande del mundo, con 66 antenas móviles que observarán el desconocido Universo oscuro, para reescribir la historia de la formación de galaxias y planetas.
“Cuanto más lejos está una galaxia, más atrás miramos en el tiempo. Además podemos saber cuán vigoroso era el cosmos generando nuevas estrellas en las diferentes etapas de sus 13,700 millones de años de historia”, dijo Joaquin Vieira, del California Institute of Technology.
Esta nueva tecnología, utilizada a menor escala en el aledaño telescopio APEX, facilitará la detección de agua en el Universo, cuya existencia es clave para la presencia de vida extraterrestre. “Podremos llegar a observar cosas que ni siquiera imaginamos hoy”, dijo el investigador Manuel Aravena del Observatorio Europeo Austral (ESO).
ALMA, valorado en más de 1,000 millones de euros (unos 1,295 millones de dólares), es una iniciativa conjunta de Europa, Norteamérica y Asia del Este en colaboración con Chile. Además, ESO prevé que durante 2013 entre en funcionamiento el ‘European Extremely Large Telescope’ (E-ELT), también en el desierto de Atacama en Chile.