A 2.800 años luz de la Tierra y en dirección hacia el centro de la Vía Láctea, un equipo de científicos cree haber detectado un planeta pasado por alto en el observatorio espacial Kepler.
El observatorio Kepler recorre cada 373 días y medio una órbita a 149,6 millones de kilómetros del Sol, y observa el universo con un telescopio cuyo espejo de 1,44 metros es el mayor puesto en una órbita extraterrestre.
Entre los científicos que día tras día revisan las enormes cantidades de datos que transmite Kepler, un equipo encabezado por David Nesvorny, del Instituto de Investigación Southwest en Boulder, Colorado (Estados Unidos), encontró una discrepancia que había pasado desapercibida para el telescopio cazador de planetas.
Cabe señalar que para encontrar planetas más allá de la Vía Láctea, los científicos usan un método simple: Si un planeta al orbitar pasa frente a una estrella observada por Kepler, va a obstruir la vista del telescopio de forma periódica. Esta disminución pequeña y repetida de la luminosidad de la estrella señala la presencia de un planeta. Los detalles de ese tránsito permiten que los científicos infieran las propiedades físicas del sistema y las proporciones de radio de las órbitas.
En el caso de un planeta que recorra una órbita estrictamente kepleriana, las distancias, ritmos y otras propiedades en la curva de luminosidad deberían mantenerse constantes. Pero varios efectos pueden producir desviaciones del modelo haciendo que las distancias o los ritmos no sean estrictos y los científicos llaman a esas "variaciones de duración del tránsito".
Nesvorny y sus colegas encontraron en los datos enviados por Kepler una posibilidad de que el satélite no haya detectado un planeta. Los investigadores encontraron excepcional la estrella KOI-872 porque muestra tránsitos con variaciones de tiempo notables de más de dos horas.
La estrella que atrae tanto interés se denomina KOI-872 y los investigadores sostienen que, otro planeta orbita el astro cada 57 días, aunque no pasa frente a la estrella en relación con el telescopio de Kepler.
A su vez se sugiere la presencia de un tercer planeta, con una masa aproximadamente 1,7 veces mayor que la Tierra y que orbita la misma estrella cada 6,8 días.