Experimentan implante cerebral en ratones para combatir el alzhéimer
La clave de un tratamiento para el alzhéimer puede estar un paso más cerca, y, para no variar, gracias a la gula de los ratones.
La clave de un tratamiento para el alzhéimer puede estar un paso más cerca, y, para no variar, gracias a la gula de los ratones.
La clave de un tratamiento para el alzhéimer puede estar un paso más cerca, y, para no variar, gracias a la gula de los ratones.
Un ensayo realizado por investigadores de la Universidad del Sur de California, y que publica Journal of Neuruoengineering and Rehabilitation ha demostrado, por primera vez, que un implante cerebral puede hacer que los animales recuperen la memoria.
El trabajo tiene un diseña muy sencillo (para lo que suele hacerse con ratas, por lo menos). El animal se enfrentó a un juego de dos palancas que aparecían en orden. Si primero veían la de la derecha, para conseguir comer, luego tenían que apretar la de la izquierda. Y viceversa. hasta aquí, nada que estos animales no sean capaces de superar.
La segunda fase del ensayo consiste en darles un fármaco a las ratas que les hace olvidar lo aprendido. El resultado es que fallan o aciertan con la palanca casi al 50% (en el experimento, la tasa de error era del 40%). Sería prácticamente lo mismo que si nunca hubieran aprendido que había un orden.
La tercera, que es la novedosa, consiste en introducirles en el cerebro unos electrodos que a conectan unas partes concretas del hipocampo (exactamente las C1 y C3). Cuando se activaba la señal, las ratas volvían a comer (el error se reducía al 10%). Si el interruptor se apagaba, seguían fallando casi la mitad de los ensayos.
El trabajo no tenía como fin hacerle pasar hambre a los animales (de eso ya hay muchos estudios en marcha), lógicamente. Lo que se quería, por primera vez, era probar si se podían restablecer circuitos cerebrales implicados en la memoria.
No es la primera vez que se ensayan implantes electrónicos en el cerebro. De hecho ya hay terapias contra el párkinson que actúan emitiendo impulsos y, en el otro sentido, se ha trabajado con dispositivos que captan las señales cerebrales (minúsculos impulsos eléctricos, al fin y al cabo) para mover cursores de ordenador.
Esta vez la novedad es que se recupera la memoria, lo que abre una puerta lejana para tratar demencias, entre ellas la más conocida de las que se caracteriza por una pérdida de memoria, el alzhéimer.