Ante el reciente caso de una menor de 10 años infectada en una piscina local por la denominada ameba 'come cerebros', el Dr. Marco Antonio Montiel, infectólogo de SANNA Clínica San Borja, nos explicó algunas interrogantes que surgen al respecto, para que las personas lo detecten a tiempo.
¿Qué es la ameba 'come cerebros'?
Es un parásito microscópico que ataca a las personas solo cuando pierde sus alas y comienza a reptar. Puede ingresar por las fosas nasales y en casos muy extraños se mete al cerebro a través de la nariz, en donde segrega una enzima que destruye la masa cerebral y produce una meningoencefalitis.
A nivel mundial se estima que apenas 1 de cada 10 mil personas podrían desarrollar este tipo de infección. Según Marco Antonio Montiel, "la presencia de este parásito no es muy frecuente", pues suele habitar en agua empozada y afecta a quienes tienen contacto con esta.
"También se presenta más en niños y jóvenes, porque suelen bañarse en piscinas, estanques, entre otros, donde hay muy poco movimiento en las aguas y no hay circulación", detalló.
Sobre los síntomas, dijo que no es muy común que se presenten cuadros agudos de inmediato. "El proceso puede demorar semanas en desarrollarse, desde que el parásito ingresa al organismo hasta convertirse en algo complejo", precisó.
Indicó, además, que al principio puede presentarse como un cuadro gripal, con congestión nasal, dolor de cabeza y fiebre. Pero, si el parásito ingresa a través del ojo, entonces se desarrollará una queratitis (inflamación de la córnea), vista roja y dolor ocular.
Con estos síntomas iniciales, es muy probable que el parásito pase desapercibido o se confunda con otras enfermedades. Es así que muchas veces se diagnostica por descarte.
También se refirió a la existencia de un daño neurológico importante. Sostuvo que "se ha mejorado en el tratamiento sin embargo aún de las personas que se infectan, más del 50% puede agravarse". Por ello, considera que mientras más precoz es el diagnostico, mejor se puede tratar.
Es necesario precisar que hay centros de investigación en Perú que pueden ayudar a la detección, que se encuentran en el Hospital Cayetano Heredia y en el Hospital Edgardo Rebagliati Martins.