Un grupo de científicos del centro estadounidense Lawrence Berkely National Laboratory presentaron un nuevo tipo de micro-músculos artificiales capaces de alcanzar una fuerza hasta 1.000 veces superior que la de los seres humanos.
Esta nueva tecnología funciona por medio de un material llamado dióxido de vanadio, capaz de modificar su forma fluidamente y con una estructura sensible a los cambios de calor, lo que le permite funcionar tanto como aislante de bajas temperaturas como conductor cuando son altas.
Este material es capaz de contraerse en una dimensión y expandirse en otras dos, simulando la capacidad del músculo humano para otros artefactos como máquinas industriales o incluso robots.
Sin embargo, el único problema hasta el momento, es que el tamaño de este invento es demasiado pequeño como para ser aplicado a grandes equipos, por lo que su desarrollo deberá avanzar un poco más antes de que llegue a las manos de la robótica.