Negocio de células madre crece en la República Popular China
"Usamos células madre para ayudar en el tratamiento del autismo", señala Li del hospital Zhongshan, en la ciudad china de Wuhan.
"Usamos células madre para ayudar en el tratamiento del autismo", señala Li del hospital Zhongshan, en la ciudad china de Wuhan.
"Usamos células madre para ayudar en el tratamiento del autismo", señala Li del hospital Zhongshan, en la ciudad china de Wuhan, en el centro del país. "Se toman del cordón umbilical de los recién nacidos, se inyectan en los pacientes y, de forma natural, las células llegan a su destino".
Todo es muy sencillo. "No hay rechazo ni reacciones bioquímicas en el cuerpo. Tampoco daños o efectos secundarios o mutaciones genéticas. Nada de eso", insiste la doctora por teléfono. Y sigue con la historia de un niño al que hoy le va mucho mejor y cuenta que la terapia sólo cuesta alrededor de 20.000 yuanes (2.470 euros).
Muchos hospitales en China promueven el tratamiento con estas células 'milagrosas', también para enfermedades como el Parkinson, Alzheimer, parálisis y cáncer, según pudo averiguar la agencia Dpa.
Pero el asunto tiene un inconveniente: Los tratamientos no sólo están prohibidos en China, si no que tampoco hay estudios científicos que prueben si son efectivos o no. Por el contrario, los médicos advierten de los daños a la salud causados por la charlatanería médica.
"Es absurdo decir que el tratamiento con células madre es seguro para el ser humano", dijo el doctor Chen Lei, del Centro Nacional de Células en Pekín. Es "medicina a ciegas", nada está comprobado, señala el médico, quien relata de complicaciones, enfermedades o formación de tumores.
"Las reacciones en el sistema inmunológico y la efectividad es incierta". Pero para el médico, está claro lo que genera el negocio: "Es una gran tentación para los pacientes desesperados y sus familias". Miles de pacientes, también extranjeros, creen en este tratamiento experimental en China y pagan mucho dinero.
La doctora Li, del hospital de Zhongshan, se muestra muy segura. Sabe que muchos enfermos se aferran a la última esperanza. "Tenemos muchos pacientes con parálisis cerebral".
El tratamiento de una parálisis así cuesta entre 30.000 y 40.000 yuanes (3.700 a 4.900 euros). Cuando se le pregunta si tiene una licencia para realizar este tratamiento, Li señala: "Trabajamos con células madre desde hace dos años. No lo podríamos hacer si estuviese prohibido, ¿verdad?quot;.
Ése es precisamente el problema. Hasta ahora, este tipo de terapias no están autorizadas. El Ministerio de Salud en Pekín prohibió expresamente todos los tratamientos y ensayos clínicos. Sin embargo, muchas clínicas continúan con esta práctica.
El problema con el Ministerio es conocido. Las terapias actuales con células madre "no están permitidas", dijo a Dpa Yin Shike, del Ministerio. Pero parece estar fuera de control. "¿Y por qué creen que hemos adoptado estas reglas?quot;, dijo.
La promoción, las historias milagrosas de éxito y la existencia de centros de tratamiento con células madre en hospitales grandes y prestigiosos le confieren a todo un "aura de aceptación establecida", advierte la revista científica británica “Nature”.
Estas clínicas también se jactan de tener buenas relaciones con políticos de alto rango e importantes científicos para subrayar su reputación. Y en el negocio de la esperanza, también los hospitales militares, que dependen del Ministerio de Salud, buscan clientes ricos.
"Hasta ahora, sólo los hospitales militares pueden tratar con células madre", dijo un médico del Hospital General del Comando Militar de Jinan en la provincia de Shandong.
En su hospital se pueden incluso tratar algunos tipos de cáncer. El costo es de 20.800 yuanes (más de dos mil dólares). "Los costos totales dependen de cada paciente", agrega. A los pacientes con Parkinson se les puede ayudar. "No hay reacciones adversas ni daños colaterales", añade el médico. Un tratamiento de Parkinson en el hospital militar cuesta 50.000 yuan (6 mi dólares en promedio).
"Por lo general, los pacientes necesitan dos o tres meses para recuperarse, pero luego quedan en un muy buen estado", dice en tanto la médica, que al teléfono sólo se hace llamar Li y que tampoco revela el nombre de sus colegas. "Mejor dé una vuelta por aquí", agrega.