En medio del paro de transportistas convocado por la inseguridad ciudadana, el cardenal Carlos Castillo instó a las autoridades y a la población a responder con empatía y unidad. Durante una entrevista, el arzobispo de Lima subrayó que “una sola vida requiere inmediatamente una llamada de atención, un intento de hacer algo”, y advirtió que las protestas son reflejo de un sentimiento de abandono ante la falta de respuestas del Estado.
El cardenal Castillo reflexionó sobre la situación que atraviesan los transportistas y la ciudadanía en general frente a la ola de asesinatos y extorsiones en Lima y Callao. Afirmó que las reacciones de protesta “nacen porque se siente abandono” y que, aunque estas medidas generan complicaciones, deben ser comprendidas en su contexto social.
“Siempre los actos deben ser pacíficos, en lo posible ordenados, pero no puede haber una indiferencia ante algo así. Quizás ocurren justamente las reacciones más fuertes porque se siente que no hay respuestas suficientes por parte de los encargados y responsables”, expresó el arzobispo a RPP.
Castillo recalcó que el país atraviesa una “situación muy difícil en donde la muerte sella terriblemente nuestras vidas” y pidió mantener la solidaridad con las víctimas y sus familias. “Los hermanos choferes han querido manifestarse con un signo fuerte, pero que también debe entenderse como un clamor ante la injusticia”, añadió.
FE, UNIDAD Y ESPERANZA
Durante la entrevista, el cardenal también destacó la “levantada mundial” del Señor de los Milagros, celebrada el sábado 4 de octubre, y resaltó que esta manifestación de fe une a miles de peruanos dentro y fuera del país. “La gente está feliz de sentir que la esperanza de nuestra fe nos invita a que haya justicia, orden y fraternidad”, sostuvo.
Asimismo, celebró el retorno de la procesión del Señor de los Milagros al Callao tras 22 años, calificándolo como un símbolo de “amistad y unidad entre Lima y el primer puerto”. Castillo aseguró que la Iglesia busca “mantener la hermandad con los chalacos” y fortalecer la unión de la ciudad en tiempos donde “todo parece división y dificultad”.
UN LLAMADO A LA JUSTICIA Y RECONCILIACIÓN
El arzobispo concluyó su mensaje recordando que la unidad basada en la justicia es el único camino para enfrentar la violencia y la crisis moral del país. “El Callao ha sido el puerto por donde Lima ha tenido respiro con el mundo. Este regreso es un signo de integración, de dignidad y de amistad”, afirmó. Con sus palabras, el cardenal Castillo colocó el foco en la necesidad de que tanto autoridades como ciudadanos respondan con sensibilidad y acción frente a las vidas que se pierden cada día a causa de la inseguridad.