Delicias peligrosas en nuestra mesa: frutas y verduras contaminadas

Las frutas y verduras es esencial para una dieta saludable, pero un peligro invisible acecha en los mercados limeños: el uso indiscriminado de plaguicidas en los cultivos. 

Panorama documentó en el Valle Chillón, el uso directo de estos químicos en los cultivos. Sin equipo de protección adecuado, los agricultores manipulan sustancias tóxicas, afectando su salud y contaminando los alimentos que llegan a los establecimientos.

Un informe reciente reveló que casi la mitad de las frutas y verduras evaluadas en cinco ciudades peruanas contienen niveles alarmantes de agroquímicos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad alimentaria en el país.

PLAGUICIDAS PROHIBIDOS EN OTROS PAÍSES SIGUEN EN USO

Un monitoreo ciudadano reveló que el 47% de los alimentos evaluados contienen residuos de plaguicidas, incluyendo sustancias prohibidas como el glifosato, catalogado como posible cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según el ingeniero agrónomo Luis Gomero Osorio, este herbicida se utiliza de manera indiscriminada en campos peruanos, poniendo en riesgo tanto a los agricultores como a los consumidores.

Otro químico encontrado fue el Fipronil, un insecticida prohibido en Europa y Estados Unidos desde 2013. Residuos de esta sustancia fueron detectados en muestras de cebollita china recolectadas en el mercado mayorista de Santa Anita, junto con otros ocho tipos de agroquímicos.

RIESGOS INVISIBLES EN EL HOGAR

Los especialistas advierten que muchos de estos plaguicidas no desaparecen con el lavado. Sara Abu Sabbah, nutricionista, señaló: “Los residuos de plaguicidas sistémicos pueden permanecer dentro de las frutas y verduras, representando un peligro para personas vulnerables como niños, gestantes y pacientes con enfermedades crónicas”. Además, el fungicida Mancozeb deja manchas azules en los cultivos, lo que indica su aplicación excesiva y su peligrosidad para la salud.

El equipo periodístico intentó obtener respuesta por parte del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), pero hasta el momento no ha brindado una respuesta clara sobre este problema.