La noche del 10 de diciembre, Andrea Vidal, joven abogada y extrabajadora del Congreso, fue asesinada en un atentado que lleva las características de un crimen de sicariato. Con 15 impactos de bala registrados en su cuerpo, los responsables demostraron una precisión calculada. Según Danny Humpire, experto en criminalística, las pericias confirmaron que el objetivo era claramente la abogada y no el conductor del vehículo donde viajaba.
Jorge Vera, especialista en criminalística, señaló que el arma utilizada fue una pistola semiautomática, típica de organizaciones criminales en Colombia y México, lo que refuerza la hipótesis de un asesinato planificado. “El impacto en el parabrisas revela que los disparos estaban dirigidos al asiento trasero”, explicó. Este hecho de sangre ha levantado sospechas sobre las conexiones del crimen con la información que ella poseía.
Para Ángel Chanta, periodista que destapó la presunta red de prostitución en el Congreso de la República, este ataque busca callar una voz clave. “Andrea tenía información clave que, de haber salido a la luz, habría implicado a congresistas y políticos. Su muerte parece ser un intento de silenciarla para siempre”, afirmó Chanta, sugiriendo que el caso podría tener raíces profundas en la esfera política.
SALEN NUEVAS ACUSACIONES
Paralelamente, este caso sigue sumando denuncias graves. Rosa Navarro, quien acusa por violación sexual a Jorge Torres Saravia, exjefe de la Oficina Legal del Congreso e implicado en la supuesta red de prostitución en el Parlamento, brindó su desgarrador testimonio a Panorama. “Me dopó, me violó y me embarazó”, declaró entre lágrimas la joven, quien exige la máxima sanción contra Torres Saravia, quien dejó de trabajar en el Congreso tras el estallido del escándalo.