Las tradicionales canastas navideñas que las empresas entregan cada diciembre a sus trabajadores vuelven a estar en el centro del debate tributario en 2025. El incremento del valor de las llamadas “supercanastas”, que ahora incluyen electrodomésticos, tecnología y vales de alto monto, ha despertado la atención de la Sunat, ya que estos obsequios pueden ser considerados ingresos en especie y generar un mayor descuento en la boleta de pago de los trabajadores.
Aunque muchos las perciben solo como un gesto de reconocimiento, la normativa tributaria establece que determinados regalos navideños pueden sumarse a la remuneración mensual. Esto ocurre cuando la canasta está compuesta por bienes gravados con IGV y su valor debe registrarse en la boleta de pago, lo que impacta directamente en el cálculo del Impuesto a la Renta de quinta categoría, especialmente si el ingreso anual supera el límite de siete Unidades Impositivas Tributarias (UIT).
La contadora Carolina Calero, especialista en tributación y recursos humanos, explicó a Infobae Perú que no todas las canastas generan el mismo efecto. Detalló que los vales de consumo no están afectos al IGV y pueden entregarse sin mayor impacto administrativo, mientras que los productos físicos sí exigen registros adicionales y documentación específica para que el gasto sea aceptado por la Sunat y no se convierta en no deducible para la empresa.
CUANDO UN REGALO SE CONVIERTE EN INGRESO GRAVABLE
Según la experta, el problema surge cuando la empresa no cumple con emitir la boleta de transferencia gratuita ni registra correctamente el valor total del obsequio, incluidos electrodomésticos o artículos tecnológicos. En esos casos, la Sunat puede observar el gasto y exigir que se trate como renta en especie, lo que eleva el ingreso del trabajador y, en consecuencia, la retención mensual del impuesto.
Este escenario explica por qué algunos trabajadores perciben descuentos mayores en diciembre, sin que se trate de una sanción. Además, la autoridad tributaria evalúa criterios como la generalidad y la equidad en la entrega de las canastas, ya que beneficios diferenciados pueden ser interpretados como un uso irregular de los gastos empresariales, más aún en casos de “supercanastas” de alto valor que han ganado visibilidad en redes sociales y medios durante la campaña navideña de 2025.