En el mes de abril, la inflación en Lima Metropolitana fue casi 8%, la más alta en 24 años, por encima de lo previsto por el Banco Central de Reserva (BCR) que lo estableció entre 1% y 3%. El alza de los precios desde mediados del 2021 responde principalmente al aumento de las cotizaciones internacionales de la energía y los alimentos.
A esta situación se suma la incertidumbrepolítica local y la conflictividad social que se vive en nuestro país desde hace varios meses. Según expertos, la inflación que registramos viene afectando en mayor medida a los hogares más pobres a nivel nacional y su retorno a los valores habituales se lograría recién a mediados del año 2023.
Temas externos y locales
Desde inicios del 2021, los precios internacionales de los combustibles y sus derivados –como fertilizantes–, y los alimentos (maíz, trigo y soya) vienen aumentando. Esto se debe a la rápida recuperación global de la demanda, problemas logísticos producto de la pandemia del Covid-19 y condiciones climáticas adversas, agravados por la invasión rusa a Ucrania.
El Instituto Peruano de Economía (IPE) señala que a los factores externos, se sumaron los locales que ubicó entre el 20% y 25% de la inflación en el segundo semestre del 2021. La continúa conflictividad social y el bloqueo de carreteras también ejercieron presiones sobre el alza de los precios de los alimentos al inicio del 2022, informa El Comercio.
Distinto impacto
El incremento de los precios ha tenido un impacto diferenciado sobre el bolsillo de los hogares peruanos según sus patrones de consumo. Las familias más pobres registraron una inflación de 9,3% en abril debido a que destinan casi un tercio de su gasto al consumo de alimentos y bebidas. En tanto, para los hogares de mayores ingresos, que destinan solo un quinto de su gasto a dicho rubro, la inflación fue de 7,6%.
Asimismo, el alza de precios ha variado al interior del país. Huaraz, Moquegua y Chachapoyas tienen tasas de inflación de más de 13%. Esto, debido a que las familias destinan casi el 40% de su gasto a alimentos y bebidas. En tanto, en Lima y Arequipa –cuyas capitales alcanzaron tasas de inflación de alrededor de 8%– los hogares destinan menos del 30% de sus ingresos a estos productos, señala la nota del matutino.