Desde hace 40 días el Comandante General del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú, Mario Casaretto, fue suspendido de sus funciones administrativas por recomendación de la Contraloría General de la República.
La medida durará 180 días y según Casaretto se debe a que repartió mil uniformes almacenados desde el 2011 a las comandancias de Lima Norte, Sur y Centro, así como a la quinta comandancia del Callao.
Aclaró que no ha cometido ningún delito, pues desconocía que la indumentaria debería quedarse en ese lugar. Sin embargo existe una denuncia a este proceso de licitación que aún se investiga, por lo cual estos implementos indispensables no podían ser usados por los bomberos.
Lo más extraño de este proceso es que la Contraloría también suspende de goce de haber a Casaretto, cuando los bomberos realizan un trabajo voluntario y por lo tanto no reciben sueldo alguno.
La entidad del Estado lo considera un funcionario público, pero el comandante manifestó que para ser catalogado como tal debería trabajar ocho horas, recibir sueldo y descansar sábados, domingos y feriados.
