Los indígenas de las comunidades amazónicas de Bolivia han caminado 600 kilómetros durante 65 días en rechazo a la construcción de una carretera que atraviesa una reserva ecológica, y hoy han ingresado de manera triunfal a la ciudad de La Paz, para exigirle al presidente, Evo Morales, que anule dicho proyecto.
Son aproximadamente dos mil indígenas que salieron en agosto desde la zona amazónica, y ascendieron en dos meses hasta los 3.600 metros de altura para llegar La Paz, escoltados por delegaciones de trabajadores, estudiantes y vecinos en su ingreso a la ciudad, donde fueron recibidos como héroes.
Hoy los manifestantes ondeaban banderas tricolores bolivianas, pañuelos blancos y lanzaba vítores y aplausos a su paso, mientras el gobierno, por medio del ministro de Comunicación, Iván Canelas, dio en rueda de prensa la bienvenida a La Paz a los indígenas.
Aunque el gobierno de Evo Morales ordenó el repliegue de los controles policiales, y de un carro antimotines instalado temprano en la plaza Murillo (sede del presidencial Palacio Quemado), adonde pretende ingresar la marcha indígena en defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Canelas indicó que el gobierno está al tanto de que algunos grupos ajenos a la marcha y personeros de la alcaldía de oposición de La Paz pretenden crear caos "con la intención de crear violencia".
En medio de la denominada “apoteósica marcha”, Canelas aseguró que en el gobierno esta listo para iniciar el diálogo”. Según informan los medios internacionales la marcha enfila hacia el centro de La Paz, y los vecinos entregan alimentos y bebidas a en respaldo a quienes protestan, mientras bandas escolares interpretan música de las tierras bajas, en un ambiente de fiesta matizada por la detonación de fuegos de artificio.