Un operativo policial realizado en la madrugada de este jueves dejó, al menos, ocho presuntos narcotraficantes muertos y un vecino herido en una favela en la zona Norte de Río de Janeiro, informó la Policía Militar de esa ciudad.
Según un cable de las agencias de noticias, hombres del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) ingresaron en la madrugada a la favela de Engenho, en el barrio de Engenho da Rainha, para tratar de capturar a presuntos traficantes que habían escapado ayer de un barrio próximo ocupado por fuerzas policiales.
El teniente coronel Alexandre Fontenelle admitió que los agentes fueron recibidos a balazos, que los tiroteos se extendieron por varias horas durante la noche y que un vecino resultó herido cuando llegaba a su casa.
Al final de la operación, los agentes decomisaron fusiles, pistolas y varias granadas, y en una vivienda hallaron paquetes con cocaína, crack y óxi (una mezcla de pasta base de cocaína con cal y querosén, droga que, según la Policía, se está tornando más común cada día en las barriadas de Río).
Los presuntos traficantes heridos fueron trasladados a hospitales próximos por los propios agentes, pero ninguno de los ocho sobrevivió.
Fontenelle dijo que las primeras informaciones disponibles indican que los ocho muertos serían traficantes de drogas que se escondían en ese barrio, luego de haber abandonado la enorme favela de Mangueira, donde la Policía instaló un puesto permanente de vigilancia el pasado domingo.
El jefe policial explicó que los agentes permanecerán en Engenho por tiempo indeterminado para impedir que la zona sea utilizada por traficantes para invadir barriadas vecinas.
El miércoles, hombres del BOPE habían ocupado la favela de Juramento, también de la zona norte de Río de Janeiro y considerada una especie de corredor que comunica a varios barrios utilizados por los narcotraficantes para esconderse.
El domingo anterior, cientos de policías y militares fuertemente armados, apoyados por helicópteros, tomaron control de la favela de Mangueira, en Río de Janeiro y próxima al legendario estadio Maracaná, para desalojar de allí a los traficantes de drogas.
Más de cien fusileros navales y 160 policías del temido BOPE participaron de esta operación largamente anunciada y destinada a pacificar la zona, y a crear un cinturón de seguridad alrededor del estadio Maracaná, que albergará la final de la Copa del Mundo 2014.
Justamente "Pacificación" es un término acuñado por las autoridades de Río de Janeiro, y significa el retorno del Estado a zonas conflictivas de la ciudad hasta ahora controladas por bandas de traficantes de drogas o milicias armadas.
Estos operativos tuvieron su punto álgido en noviembre pasado, cuando fue tomado en una espectacular operación el peligroso Complexo do Alemao -un conjunto de favelas también al norte de Río-, luego de una ola de ataques de traficantes a puestos policiales y vehículos con saldo de 37 muertos.