La migración internacional continúa creciendo y marcando la agenda global. Más allá de las cifras, el movimiento de personas redefine economías, mercados laborales y dinámicas sociales en todo el mundo.
Hasta 304 millones de personas, casi el 4% de la población mundial, viven actualmente fuera del país en el que nacieron, según informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) este jueves, en el marco del Día Internacional de los Migrantes. El dato confirma que la migración es un fenómeno estructural, impulsado por factores económicos, sociales, climáticos y políticos que trascienden fronteras.
APORTE DE LOS MIGRANTES A LA ECONOMÍA GLOBAL
La OIM destacó que los migrantes cumplen un rol esencial en sectores estratégicos como salud, construcción, agricultura y tecnología, especialmente en países con poblaciones envejecidas y escasez de mano de obra. Su trabajo no solo sostiene servicios básicos, sino que contribuye directamente al crecimiento económico y a la innovación en las economías receptoras.
ENVÍO DE REMESAS
Además de su aporte laboral, los migrantes fortalecen las economías de sus países de origen mediante el envío de remesas, que en 2024 alcanzaron los 905 mil millones de dólares. Según la OIM, estos recursos se destinan principalmente a alimentación, educación y salud en países de ingresos medios y bajos, superando en muchos casos la ayuda internacional y la inversión extranjera directa.
RIESGOS Y DECISIÓN PELIGROSA
Pese a su impacto positivo, la OIM advirtió que migrar sigue siendo una actividad de alto riesgo, sobre todo cuando las rutas regulares son limitadas. Muchas personas se ven obligadas a realizar travesías peligrosas por mar y desierto, expuestas a explotación, trata de personas y falta de acceso a protección humanitaria.
El Mar Mediterráneo continúa siendo una de las rutas migratorias más mortíferas del mundo, con más de 33 mil muertes registradas desde 2014. A ello se suma una crisis menos visible: 83,4 millones de desplazados internos que, sin cruzar fronteras, se ven forzados a huir dentro de sus propios países por conflictos, violencia y desastres naturales, recordó la OIM.